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“..no sirve de nada que mueran agotadas,..

Hoy este dominguero cuenta un cuento.

…habia una vez…



Un grupo de pequeñas ranas atravesaban juntas un bosque. 

De pronto, dos de ellas caen en un hoyo muy profundo.

El resto de ranas, preocupadas, se asoman rodeando el agujero.

Rápidamente viendo la situación desde fuera, se dieron cuenta de que el pozo era muy profundo. Y que sus compañeras no tenían chances de sobrevivir.

Se miraban entre si preocupadas y enseguida empezaron los cuchicheos:


“¡Pero que mala suerte!”-Dijo una moviendo la cabeza con cara compungida.


“y si, hay que mirar por donde se camina”- dijo otra con tono resignado y aleccionador.

 

“Ayy pobrecitas, pobres…pobrecitas” repetía otra mirando angustiada.

 

“Y bueno, es su karma, que se le va a hacer, se ve que les tocaba”- dijo con voz profunda la más mística.

 

Mientras tanto en el pozo:

 

Sus compañeras saltaban y saltaban, desesperadas. Pero no podían alcanzar la orilla.

 

Las ranas que estaban fuera, veían imposible que pudieran dar un salto tan alto como para salir del agujero.

 

Y eso las ponía cada vez más nerviosas.

 

Así que comenzaron decirles a los gritos y con grandes gestos a sus compañeras caídas en desgracia, que no gastaran más fuerzas, que se dejaran morir :

 

“¡Que es muy profundooooo!!!!!!, no lo vais a lograr!”

 

“No sirve de nada que mueran agotadas, acepten su situación!”

 

“¡Dejadlo ya, no lo conseguiréis!” 

 

Y gritaron tanto, que al final una de las dos ranas que saltaba sin parar se dio por vencida y paró.

 

Se dejó caer al suelo sin más,

 

y murió.

 

Sin embargo, la otra rana continuó saltando, a pesar del agotamiento.

 

Cada vez más alto, cada vez con más fuerza. 

 

Y más alto gritaban sus compañeras, mas saltaba la rana del pozo.

 

Hasta que de pronto, da un salto imposible y CHAN!

 

Sale del agujero!

 

Agitada, exhausta pero muy feliz, miro a cada una de las ranas que estaban estupefactas mirándola y les dijo, en lenguaje de señas, ya que era una ranita sorda:

 

“Gracias amigas mías! Realmente creí que no lo lograría, gracias a que las veía dándome aliento y fuerzas con tantas ganas, sentí la fe de ustedes en mi, y no abandoné. Sin ustedes, queridas compañeras, yo no lo hubiera logrado.”

 

FIN

 

No hay nada como ser “bienpensado.

 

Conviene.

 

Practicar Tai Chi también.

 

Abrazo de árbol.
Mariana