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Está muerta o…

Había una vez…

 

en casa de una amiga, una maceta vieja, marrón,

 

rota y sucia.

 

Dentro tenía algo que alguna vez fue una planta

 

Con una especie de tronco muerto y duro,

enterrado en una tierra seca. Sequísima.

 

Abandono total.

 

Y ahí

a un costadito

salía el milagro: un brote verde.

 

Muy chiquito.

Pero muy muy verde.

Llamaba la atención, como si tuviera una luz alumbrándolo. Era puro contraste.

 

-“¿Y esta maceta?”

 

-“ah! La trajo Cami. Le dio pena porque estaba en la basura. La estuvimos regando un poco y ya sacó un brote, viste? La vamos a transplantar a otra maceta. Es linda no?”

 

Pasó el tiempo.

Ese brote se convirtió en una hermosa planta, y se mudó a una maceta nueva, con tierra rica y negra.

 

Y suficiente agua y cuidados para crecer y crecer…

 

Y así vivieron felices mucho tiempo….

 

-Fin-

 

Esta es una historia real. Lo sabes.

También es real que lo mismo sienten y viven las personas con sus cuerpos y su vitalidad.

Te podría contar de la regeneración de los tejidos.

De las funciones de la ínsula y cómo es estimulada con las prácticas  de Chi Kung.

O de por qué hacer Tai Chi está asociado a la longevidad, la salud y la energía.

Pero no.

Quizás en otro mail.

Lo de la planta es la síntesis.

Lo he visto.

He visto los brotes y luego la regeneración en personas que llegaban así, como esa maceta que encontró Cami, la hija de mi amiga.

 

Por cierto,

 

que bueno esa mirada llena de Fe de la niña, no?

 

Abrazo de árbol
Mariana

 

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