“La figura nos propone a un individuo vestido de manera decente y adecuada para la ocasión, hasta que en cierto momento una hilacha de sus ropas dio a conocer la condición de su atuendo y, con él, su verdadera posición.”
Hablar de aceptar y respetar
Y hacerlo siendo un pequeño dictador “impone reglas”, se nota.
Hablar de sabiduría
y estar por la vida adulta con conflictos con conocidos y amigos como en la
pre-adolescencia, se nota.
Hablar de equilibrio
Y tener la mecha corta. (Para enfadarse, deprimirse o indignarse)
Se nota.
Hablar de procesos y tiempos
Y tener dentro un medidor de éxitos, se nota.
Es que se nota!
Se nota siempre todo lo que es.
No lo que decimos.
Ni lo que queremos que sea, pero aún no es,
ni lo que parecemos
ni lo que estudiamos,
ni lo que posteamos,
ni ná de ná.
Lo que es.
Y luego, si es coherente con lo otro, genial.
Si no, difícil.
Mostramos la hilacha.
Y se nota.
¿Sabes que creo?
Qué hay que revisar como viene el diálogo interno.
Porque eso se nota mucho mucho.
Yo ahí, vengo mejorando poco a poco con los años.
Aunque nunca fui demasiado dura conmigo misma.
¡Pero es que últimamente estoy entrado en la luna de miel!!
Me palmeo la espalda mientras me digo
“Bien Marianita! Vas bien, no lo fuerces, no empujes, tranquila…”
Otras, la palmada es un poquito más para despabilarme
Y me aliento
“Dale Marianita, vamos! Metele un poco más de ganas!”
Otras como una caricia
“Bueno, bueno, ya está… ya pasa…”
Pero siempre me trato bien.
Como trataría a alguien muy muy valioso.
Que importa, que puede mejorar, que está haciendo su esfuerzo, que no sabe todo, que tiene sus circunstancias y le afectan, que avanza.
Y así pasan los días y cada vez es más liviano
Y cada vez es más rico
A qué viene todo esto
Pues que uno de los principios del Tai Chi habla de esto
“Armonizar lo interno con lo extremo”
Que como es adentro es afuera.
Y se nota.
Abrazo de árbol
Mariana
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